El PRT-ERP y la autocrítica revolucionaria: Lecciones desde el vaso medio lleno
La historia del PRT-ERP no puede entenderse sin su compromiso férreo con la autocrítica, un principio heredado de Lenin y Mao que los obligó a cuestionar tanto al enemigo como a sí mismos. Como dijo Santucho: "Un revolucionario que no se autocritica es un cadáver político". Este espíritu explica por qué, décadas después, sus sobrevivientes siguen analizando sus errores sin renunciar a la épica de su lucha.
1. La desviación militarista: Contexto vs. dogmatismo
El giro hacia acciones armadas tras 1973 no fue un "error ideológico", sino una respuesta desesperada a un genocidio en cámara rápida:
Presión objetiva: La Triple A asesinaba a 100 militantes por mes. ¿Cómo no actuar? "No éramos suicidas, pero tampoco podíamos ser espectadores" (testimonio de un excombatiente).
Limitaciones materiales: El PRT-ERP carecía de fuerzas para asaltar cuarteles en Rosario o Córdoba. Concentrarse en Monte Chingolo fue una apuesta táctica, no un plan estratégico.
Villa Santo Domingo (Viejo Bueno): Esta batalla (1975), donde guerrilleros y vecinos resistieron días contra el Ejército, fue un hito de la lucha de clases argentina. Como afirmó Santucho y confirman sobrevivientes: "Allí el pueblo vio que podía defenderse". Sin embargo, también mostró la desproporción de fuerzas: sin retaguardia internacional ni arsenal suficiente, el heroísmo no bastaba.
2. El Frente de Liberación Nacional (FLN): Una alianza truncada
La efímera alianza con maoístas y Montoneros (1973) fracasó no por falta de voluntad, sino por:
Represión inmediata: La Triple A y los militares desarticularon el FLN en días, demostrando que el Estado argentino, a diferencia del vietnamita, tenía apoyo activo de EE.UU. y tecnología contrainsurgente de última generación.
Divergencias tácticas: Montoneros priorizaba al peronismo; el PRT-ERP rechazaba toda negociación. Como en Vietnam, pero sin un "Ho Chi Minh" que unificara las facciones.
Masas no preparadas: Mientras el Viet Cong contaba con décadas de resistencia anticolonial, en Argentina el peronismo hegemonizaba el imaginario popular. "Era como pedirle al pueblo que dejara de respirar" (análisis de un historiador).
3. Autocrítica y legado: El vaso medio lleno
Lo que reconocen los propios militantes:
Exceso de voluntarismo: "Creímos que la conciencia revolucionaria podía suplir la falta de tanques" (documento interno de 1976).
Subestimación del imperialismo: "No previmos que la CIA entrenaría a los genocidas con técnicas de Vietnam" (entrevista a un excomandante).
Dificultad para construir hegemonía: "Ganamos batallas culturales en fábricas, pero perdimos la guerra por el sentido común" (reflexión de un integrante del FATRAC).
Lo que el pueblo no olvida:
Villa Santo Domingo como símbolo: Aunque militarmente derrotados, aquella resistencia sigue inspirando a movimientos sociales. "Fue la Toma de la Bastilla argentina, pero sin final feliz" (mural en el barrio, 2023).
Ética de la coherencia: Mientras muchos líderes se exiliaron o pactaron, el PRT-ERP eligió combatir hasta el fin, pagando el precio con el 90% de sus militantes desaparecidos.
Conclusión: Ni santos ni demonios, revolucionarios
El PRT-ERP fue un experimento trágico y heroico que demostró:
La revolución no es un acto de fe, sino un cálculo de fuerzas donde la moral choca con la realidad.
Autocriticarse no es rendirse: Es honrar a los caídos evitando que otros repitan sus errores.
El imperialismo no duerme: Su maquinaria de guerra (Triple A, Plan Cóndor, CIA) fue más rápida que la solidaridad internacional.
Como escribió un sobreviviente anónimo: "Nos dijeron locos, pero fuimos los únicos que vieron el monstruo venir. Fallamos, sí, pero ¿quién puede juzgar a quienes pelearon sin red?".
Para las nuevas generaciones:
La historia del PRT-ERP no es un manual, sino un espejo descentrado. Pregunta incómoda: ¿Cómo luchar hoy contra un enemigo que ya no usa fusiles, sino algoritmos y deuda externa? La respuesta, quizás, está en su herejía más profunda: "Ser revolucionario es crear caminos donde solo hay abismos".
Fuente clave:
Los documentos de autocrítica del PRT-ERP (1975-1977), rescatados por sobrevivientes.
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