Manifiesto por las Rutas de Liberación: Tejiendo el Destino Común del Sur Global
El mundo unipolar se agota. El modelo de globalización dirigido desde un solo centro de poder, que durante décadas impuso el Consenso de Washington y la hegemonía del dólar como únicos caminos posibles, muestra su fracaso. Este sistema nos condenó a ser la periferia, exportadores de materias primas e importadores de decisiones ajenas, profundizando las asimetrías y la dependencia.
Sin embargo, en esta crisis nace una oportunidad histórica. Asistimos al surgimiento de un mundo multipolar, un proceso irreversible que disuelve el poder unipolar y abre espacios para que los pueblos recuperen su soberanía. Proyectos de integración como la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la expansión de los BRICS+, la Unión Económica Euroasiática y los bloques regionales en África y América Latina materializan esta transición. Pero nosotros, los pueblos del Sur Global, no podemos ser meros espectadores o peones en este nuevo tablero. Debemos ser los arquitectos conscientes de nuestro propio destino.
Nuestros principios fundamentales
Frente a este panorama, no nos basta con reaccionar. Debemos proponer. Nuestra acción se guía por principios irrenunciables, una síntesis entre la sabiduría de nuestras luchas históricas y la visión de un futuro poscapitalista:
La economía al servicio de la vida: Rechazamos una economía que prioriza la acumulación abstracta de capital por sobre las necesidades concretas de la gente. Luchamos por una economía que garantice tierra, techo y trabajo con dignidad para todos. La riqueza que generemos debe servir para liberar la vida, no para encadenarla.
Cuidar al prójimo y cuidar lo nuestro: Frente al "sálvese quien pueda", oponemos la ética del cuidado y la solidaridad de clase. Nuestra fuerza está en la comunidad, en defender lo público, en no dejar a nadie atrás. Esta es la base de un poder popular imbatible.
Somos más cuando estamos juntos: Creemos que la naturaleza humana no es el egoísmo, sino la cooperación. Nos realizamos en comunidad, no en la competencia despiadada. Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos.
La traducción estratégica: De los conceptos globales a las rutas de liberación
Para no repetir los errores del pasado, debemos apropiarnos críticamente de las herramientas disponibles. Por ello, proponemos un Diccionario de Términos Puente, que traduce las visiones de integración global a la praxis liberadora del Sur:
Los proyectos de conectividad continental se convierten en "Rutas de Liberación Económica". No son solo rutas de comercio. Son caminos para la soberanía. Su fin debe ser conectar a los pueblos del Sur para comerciar entre nosotros, compartir tecnología y liberarnos juntos del yugo financiero internacional.
La "cooperación sur-sur" la entendemos como "Tejido Común de Destinos". Nuestras luchas no están aisladas. Lo que le pasa a un barrio de Buenos Aires, a una comuna en Rojava o a un campesino en Brasil, nos afecta a todos. Nuestra liberación será colectiva o no será.
El "desarrollo multipolar" lo vivimos como "Convivir en Dignidad". No es una paz impuesta. Es la paz que nace de la justicia social, donde el que trabaja puede vivir de su trabajo y donde mande el pueblo, no el mercado.
Hoja de ruta: Cómo construimos las Rutas de Liberación
La materialización de este proyecto exige un compromiso con acciones concretas e irreversibles:
Prioridad a la soberanía tecnológica y productiva: Las nuevas infraestructuras (puertos, ferrocarriles, redes digitales) deben servir a nuestra industrialización y a la creación de cadenas de valor intra-Sur. Rechazamos ser eternos proveedores de materias primas.
Transparencia radical y lucha contra la corrupción: Exigimos que todos los proyectos se rijan por contrataciones públicas abiertas. La opacidad genera deudas ilegítimas y enriquece a minorías a costa de los pueblos.
Sostenibilidad de la deuda como imperativo de soberanía: Nos oponemos al endeudamiento que hipoteca nuestro futuro. Los beneficios de los proyectos deben superar claramente sus costos. No permitiremos que las nuevas conexiones se conviertan en grilletes de la deuda.
Protección irrestricta de los bienes comunes: Las Rutas de Liberación deben incorporar los más altos estándares ambientales y de respeto a los territorios de los pueblos originarios. El desarrollo no puede ser enemigo de la vida.
Conclusión: Un llamado a tejer el futuro
El mundo multipolar no es una promesa, es una realidad en construcción. La pregunta es: ¿seremos objetos de esta historia, o sus sujetos conscientes?
Invitamos a todos los que se reconocen en este Manifiesto a apropiarse de estos conceptos, a discutirlos en sus asambleas, a enriquecerlos con su práctica. Trabajemos para que el "aleteo de la mariposa" en cada barrio, cada fábrica recuperada y cada comunidad originaria, construya, unido a millones de otros, el huracán de un nuevo orden mundial.
No se trata de sustituir un centro hegemónico por otro. Se trata de construir una verdadera red de pueblos soberanos que se relacionen en horizontalidad. Nuestro Norte es el Sur, y nuestro futuro es un tejido común que comenzamos a urdir hoy.
¡Por las Rutas de Liberación Económica y el Tejido Común de Destinos del Sur Global!
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