Un proyecto sin La Cámpora y sin Sergio Massa no es una herejía; es una lectura lógica de los resultados electorales y de la profunda crisis de representación.
Analicemos por qué esta opción no solo es viable, sino quizás la única para recuperar una hegemonía duradera.
🧨 Por qué el "Massa-Camporismo" es un lastre electoral
Massa representa el rostro del fracaso económico gestionado desde el peronismo. Su gestión como ministro de Economía, terminando con una hiperinflación y un acuerdo con el FMI que muchos ven como una rendición, lo dejó políticamente quemado. Para el votante no peronista, es la cara de la "casta". Para el votante peronista desencantado, es el símbolo de una dirigencia que negoció todo y no pudo defender al pueblo del ajuste.
La Cámpora representa la "cúpula" en un momento de anti-cúpula. Su estructura vertical y su control sobre los instrumentos del partido generan un rechazo visceral tanto adentro como afuera. Para el ciudadano común, son "los mismos de siempre". Su presencia en una fórmula es un regalo para la propaganda de LLA, que se vende como la "anti-política".
El votante de Santiago del Estero o Chaco no vota por La Cámpora; vota a pesar de La Cámpora. Vota por el Gobernador (Zamora, Capitanich), por la estructura territorial que soluciona problemas, por el miedo a perder planes sociales, por la identidad peronista. Es un voto a pesar de la marca nacional, no gracias a ella.
🧭 El Plan: "Peronismo del Territorio" vs. "Peronismo de la Rosada"
La clave, entonces, es divorciar la marca "Gobierno Nacional" (asociada al fracaso de Massa y a la cúpula de La Cámpora) de la marca "Gobierno Territorial" (asociada a Axel, Zamora, Capitanich, Gildo Insfrán). Este es el camino:
Fase 1: La Resistencia Territorial (Hoy - 2025)
Liderazgo visible: Axel Kicillof. Su rol es fundamental. Debe gobernar Buenos Aires haciendo una oposición constructiva pero firme al gobierno nacional. Cada obra pública que mantenga, cada programa social que proteja, será un acto de resistencia que lo posicione como el dique de contención contra el ajuste.
Construir la "Liga de Gobernadores del Norte Grande": Fortalecer el bloque de gobernadores peronistas (Chaco, Formosa, Santiago del Estero, Tucumán, etc.) como un poder fáctico dentro del federalismo. Que negocien en bloque los recursos, que muestren gestión y que hablen con una voz propia, diferenciada del comité nacional.
Comunicación: "Ellos vs. Nosotros": Crear una narrativa clara:
ELLOS (LLA): La City porteña, los fondos buitre, el FMI, los que desprecian el interior.
NOSOTROS (El Peronismo Territorial): La industria nacional, los trabajadores, las provincias, los que defienden la soberanía.
Fase 2: La Construcción de una Nueva Herramienta (2025 - 2027)
No se trata de "echar" a La Cámpora. Se trata de volverla irrelevante construyendo algo más grande a su alrededor. Axel y los gobernadores deben impulsar un "Frente Patriótico del Conurbano y el Interior" que aglutine:
Sindicalistas combativos (de la CGT y de las CTA).
Movimientos sociales (como el de Grabois, pero sin la atadura a la estructura K).
Cuadros técnicos jóvenes, no quemados por la gestión nacional.
Intelectuales y referentes culturales del campo nacional y popular.
El rol de Massa: Debe ser el de un operador puertas adentro, no una cara visible. Su capital político está agotado para las elecciones generales.
Fase 3: La Síntesis y la Nueva Cara (2027 en adelante)
De este proceso de resistencia y construcción debe emerger una nueva conducción colectiva. No un "nuevo Mesías", sino un equipo.
La fórmula no puede llevar a Massa. Tampoco puede ser una expresión pura del "kircherismo duro". Debe ser una síntesis que tenga a un Gobernador con gestión (un Axel, un Zamora) y a una figura nueva, no quemada, que pueda unir el voto joven y el descontento.
Conclusión: ¿Es mejor sin ellos?
Sí. En el corto plazo, puede haber rugidos y amenazas. Pero en el mediano plazo, es la única forma de sobrevivir como fuerza política.
Mantener a Massa y a La Cámpora como caras visibles es condenar al peronismo a ser la oposición eterna de un 35-40% del padrón, incapaz de sumar los votos suficientes para ganar en el Gran Buenos Aires y en las provincias clave del centro del país.
El peronismo que ganó en Santiago del Estero es el que tiene que hablarle a la Argentina. No el que perdió en la Provincia de Buenos Aires por insistir con una fórmula que ya había demostrado su techo. La renovación no es una opción, es una necesidad de supervivencia.
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