Carta al Triunvirato: Lecciones de Vietnam para Naciones bajo Asedio
A los camaradas:
Miguel Díaz-Canel, Presidente de la República de Cuba
Nicolás Maduro, Presidente de la República Bolivariana de Venezuela
Daniel Ortega, Presidente de la República de Nicaragua
Estimados camaradas:
Reciban un fraterno saludo. Esta comunicación, la tercera que les dirijo, tiene por objeto analizar la trayectoria estratégica de la República Socialista de Vietnam, un país que, compartiendo con ustedes el desafío de construir el socialismo bajo el constante asedio imperial, ha logrado trazar una ruta propia y exitosa. Su experiencia demuestra que es posible adaptar principios fundamentales a realidades nacionales específicas, transformando el cerco en oportunidad y la resistencia en desarrollo.
I. El contexto histórico: La forja de un espíritu de resistencia
Vietnam no es ajeno al tipo de desafíos que ustedes enfrentan. Su historia está marcada por milenios de lucha por la soberanía. Como bien recordarán, su pueblo resistió durante más de mil años de dominación china, y solo la férrea determinación por su autonomía política les permitió emerger como una nación independiente en el año 939. Este espíritu se reafirmó en la era moderna, cuando lograron lo que muchos consideraron imposible: derrotar consecutivamente a una potencia europea (Francia) y a la potencia global hegemónica (Estados Unidos). La victoria en Điện Biên Phủ no fue solo militar; fue un mensaje al mundo de que un ejército popular motivado por la independencia nacional puede triunfar sobre un poder colonial profesional. Posteriormente, en 1979, defendieron con éxito su integridad territorial frente a una potencia en ciernes, China, demostrando una vez más que su voluntad soberana era inquebrantable.
II. La transición estratégica: El Đổi Mới y la adaptación pragmática
Tras la reunificación en 1976, Vietnam se encontró con una economía devastada y un aislamiento internacional significativo. La respuesta no fue el dogmatismo, sino la audacia reformista. En 1986, el Partido Comunista de Vietnam lanzó el Đổi Mới (Renovación), una política de reestructuración económica que marcaría un punto de inflexión histórico.
El Đổi Mới representa la adaptación vietnamita de un modelo de desarrollo eficaz, demostrando un pragmatismo necesario que ustedes bien podrían estudiar. Sus pilares fundamentales incluyen:
Apertura económica controlada: Vietnam puso fin al aislamiento, integrando su economía progresivamente en los flujos globales. Buscó activamente la inversión extranjera directa y fortaleció sus lazos comerciales a nivel mundial. Esto se logró sin ceder el control político, manteniendo al Partido Comunista como la fuerza rectora de la nación.
Cooperación internacional diversificada: Lejos de limitarse a un solo aliado, Vietnam ha cultivado relaciones estratégicas con una amplia gama de actores. Un caso emblemático es su relación con Japón. Recientemente, ambos países elevaron su relación a una "Asociación Estratégica Integral". Japón se ha convertido en el principal socio económico de Vietnam, su mayor proveedor de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), y un colaborador clave en infraestructura crítica, como el Ferrocarril Urbano de Ciudad Ho Chi Minh. Esta cooperación se extiende a áreas de alta tecnología, formación de recursos humanos y hasta equipamiento de defensa, mostrando una diplomacia versátil y fructífera.
Priorización del desarrollo interno: Las reformas se orientaron a la erradicación del hambre y la reducción de la pobreza, mejorando tangiblemente las condiciones de vida de su población. El Estado mantuvo un rol central en la planificación, pero permitió espacios para la iniciativa privada y la economía de mercado, siempre subordinadas al objetivo socialista de largo plazo.
III. Lecciones aplicables para su propia lucha
Camaradas, la experiencia vietnamita ofrece perspectivas cruciales que trascienden su contexto geográfico:
La soberanía se fortalece con desarrollo económico: Vietnam comprendió que la capacidad de resistir la presión externa es directamente proporcional a la fortaleza de la economía interna. Su crecimiento económico en el siglo XXI ha sido de los más altos del mundo, y su ingreso a la Organización Mundial del Comercio en 2007 le permitió jugar con las reglas del sistema internacional en su beneficio.
La diplomacia debe ser un instrumento de diversificación, no de confrontación perpetua: El arte de Vietnam ha sido cooperar incluso con naciones que otrora fueron sus adversarias, como Estados Unidos, y mantener un delicado equilibrio entre potencias como China y Japón. Como declaró el presidente Vo Van Thuong, se trata de actuar "sobre la base del respeto al derecho internacional" y coordinar en foros multilaterales.
El pragmatismo no es una traición a los principios, sino su preservación: El Partido Comunista de Vietnam nunca abandonó su esencia marxista-leninista. Sin embargo, supo interpretar que, en una etapa histórica concreta, ciertas herramientas del capitalismo podían ser utilizadas para construir las bases materiales del socialismo. Esta flexibilidad táctica ha garantizado su permanencia estratégica.
IV. Un espejo estratégico para el presente
El éxito de Vietnam se mide en hechos: ha reducido la pobreza a mínimos históricos (alrededor del 3%) y garantiza cobertura sanitaria universal. Su PIB per cápita en términos de paridad de poder adquisitivo supera los 14,000 dólares, y su población, de más de 100 millones de personas, mira al futuro con esperanza.
Camaradas, la situación de "asedio del imperio" que ustedes describen no es una sentencia de fracaso. La trayectoria de Vietnam es la prueba viviente de que es posible transformar la resistencia en prosperidad. Su ejemplo demuestra que la verdadera fortaleza no reside solo en la capacidad de enfrentamiento, sino en la sabiduría para adaptarse, la audacia para reformar y la visión para integrarse al mundo sin perderse a uno mismo.
Les insto a estudiar en profundidad este modelo, no para copiarlo de manera mecánica, sino para extraer sus principios rectores y aplicarlos con creatividad a la realidad heroica de sus pueblos.
Con la seguridad de que la lucha por la soberanía y la justicia social es un camino que, con inteligencia y valor, conduce al triunfo.
Fraternalmente,
Un estudioso de la geopolítica y la construcción socialista.
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