1. Introducción: El internacionalismo revolucionario de Lenin
Para Lenin, la Revolución Rusa de 1917 solo podría consolidarse como socialista si se extendía a los países industrializados de Europa, especialmente Alemania. Su perspectiva se basaba en:
El atraso económico de Rusia: Imposibilitaba construir el socialismo en solitario.
El carácter mundial del capitalismo: Requería una respuesta revolucionaria igualmente global.
La premisa marxista clásica: El socialismo necesitaba una base material avanzada, que solo Europa occidental podía proporcionar.
Tesis central: "Sin la revolución alemana, estamos perdidos" (Lenin, 1918).
2. La Revolución Rusa como "chispa" para Europa
Lenin veía a Rusia como el "eslabón débil" del imperialismo (tesis desarrollada en El imperialismo, fase superior del capitalismo, 1916), pero su rol era detonar la revolución en países clave:
Alemania: El proletariado industrial más organizado y numeroso de Europa.
Revolución de Noviembre (1918): Tras la derrota alemana en la Primera Guerra Mundial, los espartaquistas (liderados por Luxemburgo y Liebknecht) intentaron tomar el poder. Lenin depositó en ellos sus mayores esperanzas.
Fracaso de la revolución alemana (1919): La represión del levantamiento espartaquista y el asesinato de sus líderes fueron un golpe devastador para la estrategia leninista.
3. "Sacrificar la Revolución Rusa por la Alemana": La polémica máxima
En varios escritos y discursos, Lenin insistió en que la supervivencia del socialismo en Rusia dependía del triunfo en Europa, incluso al punto de aceptar sacrificios:
Citas clave:
"Si debemos elegir entre la Revolución Rusa y la Revolución Alemana, no dudaríamos en elegir la segunda" (informes al Comité Central, 1918).
"Sin el apoyo del proletariado alemán, la contrarrevolución nos aplastará" (en debates sobre el Tratado de Brest-Litovsk).
Brest-Litovsk (1918): Lenin aceptó una paz humillante con Alemania para ganar tiempo, confiando en que la revolución alemana estallaría pronto y anularía el tratado.
4. La Internacional Comunista (Komintern) y la "Revolución Permanente"
Para Lenin, la Tercera Internacional (1919) era el instrumento para exportar la revolución:
Objetivo prioritario: Alemania, luego Francia e Italia.
Subordinación de los partidos comunistas locales: Debían seguir las directrices de Moscú para sincronizar los levantamientos.
Revuelta fallida en Alemania (1923): El intento insurreccional apoyado por la Komintern terminó en otro fracaso, marcando el fin de las esperanzas inmediatas.
5. El debate con Trotsky y la "Revolución en un solo país"
Trotsky: Mantenía la ortodoxia de la revolución permanente (sin revolución europea, la URSS caería).
Stalin: A partir de 1924, promovió la idea del socialismo en un solo país, rompiendo con el internacionalismo leninista.
Lenin (posición intermedia): Nunca abandonó la prioridad de la revolución europea, pero en sus últimos años (1922-23) admitió que la URSS debía resistir mientras tanto mediante la NEP.
6. Consecuencias del fracaso revolucionario en Europa
Aislamiento soviético: La URSS quedó atrapada en el atraso económico, forzando medidas como la NEP y luego la industrialización stalinista.
Degeneración burocrática: Sin el contrapeso de un proletariado europeo liberado, la URSS derivó en un régimen autoritario.
Lección histórica: Para Lenin, el "socialismo nacional" era una contradicción; sin revolución mundial, el proyecto estaba condenado a deformarse.
7. Conclusión: Lenin y la dialéctica entre lo nacional y lo internacional
La paradoja del leninismo:
Éxito táctico en Rusia (toma del poder en 1917).
Fracaso estratégico en Europa (derrotas en Alemania, Hungría, Italia).
Legado ambivalente: La URSS sobrevivió, pero traicionó su esencia internacionalista. Lenin habría visto esto como una victoria pírrica.
Fuentes clave:
Lenin: Las tesis de abril (1917), La enfermedad infantil del izquierdismo (1920).
Trotsky: La revolución permanente (1930).
Documentos del Komintern (1919-1923).
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