La "interna Máximo-Axel", como hemos visto, refleja tensiones y contradicciones dentro del kirchnerismo que podrían debilitarlo como fuerza política. Para superar esta interna y proyectar al kirchnerismo hacia el futuro, proponemos una estrategia basada en la "espiral rizomática".
¿Qué es la "espiral rizomática"?
Combina la "espiral de Giap", estrategia militar vietnamita de guerra popular, con el concepto de "rizoma" de Deleuze y Guattari, que describe una organización descentralizada y en red. En política, la "espiral rizomática" implica:
- Acción directa y movilización constante (espiral): Impulsando acciones que desafíen el statu quo y movilicen a la sociedad.
- Organización descentralizada y autónoma (rizoma): Articulando diferentes frentes de lucha con capacidad de decisión propia.
Aplicando la "espiral rizomática" a la interna kirchnerista:
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Reconocer y valorar la diversidad: El kirchnerismo debe reconocer y valorar la diversidad de posiciones y perspectivas en su interior. No se trata de imponer una línea única, sino de articular las diferentes voces en un proyecto común. Como decía Mariátegui, "el socialismo debe ser creación heroica, no calco y copia".
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Construir una red de frentes autónomos: Se deben fortalecer los diferentes frentes que componen el kirchnerismo, como La Cámpora, los movimientos sociales, los sindicatos y las organizaciones territoriales. Cada frente debe tener autonomía para desarrollar sus propias acciones y estrategias, pero siempre en coordinación con el resto del movimiento. "La unidad no es uniformidad", afirmaba Rosa Luxemburgo.
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Promover la participación y el debate interno: Se deben crear espacios de participación y debate interno, donde los diferentes frentes puedan expresar sus posiciones y construir consensos. "La democracia interna es fundamental para la fortaleza del movimiento", escribía Lenin.
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Impulsar acciones conjuntas y movilizaciones: Los diferentes frentes deben articularse para llevar a cabo acciones conjuntas y movilizaciones que visibilicen las demandas del kirchnerismo y presionen al gobierno. "La acción directa es la mejor forma de hacer política", afirmaba Mariátegui.
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Construir un programa político común: A partir del debate y la participación de los diferentes frentes, se debe construir un programa político común que defina los objetivos y las estrategias del kirchnerismo para el futuro. "Un programa político es una brújula que guía la acción del movimiento", escribía Gramsci.
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Renovar el liderazgo y promover nuevos cuadros: El kirchnerismo debe renovar su liderazgo y promover nuevos cuadros que puedan conducir el movimiento en el futuro. "La revolución necesita nuevos dirigentes que surjan de las filas del pueblo", decía Mao Zedong.
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Fortalecer la formación política y la educación popular: Se debe promover la formación política de los militantes y la educación popular como herramientas para la construcción de conciencia crítica y la transformación social. "La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo", afirmaba Nelson Mandela.
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Construir alianzas con otros movimientos y sectores sociales: El kirchnerismo debe construir alianzas con otros movimientos y sectores sociales que compartan sus objetivos de justicia social y soberanía nacional. "La unidad del pueblo es la clave para la victoria", escribía Lenin.
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Defender la democracia y los derechos humanos: El kirchnerismo debe defender la democracia y los derechos humanos como valores fundamentales. "La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", decía Abraham Lincoln.
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Construir un proyecto nacional y popular: El kirchnerismo debe construir un proyecto nacional y popular que responda a las necesidades del pueblo argentino y promueva la justicia social, la soberanía nacional y la integración latinoamericana. "La Patria es el otro", afirmaba Cristina Fernández de Kirchner.
Conclusión:
La "espiral rizomática" puede ser una estrategia efectiva para superar la interna kirchnerista y proyectar al movimiento hacia el futuro. Implica reconocer la diversidad, fortalecer la autonomía de los frentes, promover la participación, impulsar acciones conjuntas, construir un programa común, renovar el liderazgo, fortalecer la formación política, construir alianzas y defender la democracia y los derechos humanos. El kirchnerismo tiene la oportunidad de reconstruirse como un movimiento político fuerte y unificado, capaz de liderar la transformación social en Argentina.
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