Propuesta Política: Plan Nacional de Reconstrucción con Salud Comunitaria, Integración Social y Justicia Territorial
Por Valeria Paula de Mendonça Pina
La salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino la plenitud física, emocional y social. Hoy, en barrios sumergidos en la pobreza, villas arrasadas por la violencia y pueblos olvidados por el Estado, la salud se ha convertido en un privilegio. Para revertir esta tragedia, proponemos un modelo de salud comunitaria radicalmente cercano, preventivo y transformador, integrado a los ejes de vivienda, alimentación y empleo.
Diagnóstico Final: La Salud como Termómetro de la Injusticia
Medicalización vs. prevención:
El sistema de salud actual actúa como "bombero" de enfermedades evitables: diabetes por mala alimentación, intoxicaciones por viviendas húmedas, estrés por desempleo. Se invierte en remediar síntomas, no en atacar causas.Violencia y fractura social:
La falta de oportunidades laborales, la precariedad habitacional y el hambre generan un caldo de cultivo para adicciones, violencia de género y conflictos barriales. La marginalidad no es un destino individual, sino un fracaso colectivo.Abandono territorial:
En zonas rurales y periurbanas, el acceso a un médico requiere viajar horas. Mientras, en ciudades sobresaturadas, los hospitales colapsan por atender patologías que podrían resolverse con vigilancia activa en el territorio.
Propuestas Definitivas: Salud Comunitaria como Columna Vertebral
1. Ejército de Agentes de Salud Territorial (AST)
Un agente cada 10 manzanas:
Formar una red de 50.000 Agentes de Salud Territorial (AST), reclutados y capacitados en sus propias comunidades. Sus funciones:Visitas puerta a puerta: Monitorear condiciones de vivienda (humedad, hacinamiento), seguridad alimentaria (dietas, acceso a agua) y riesgos sanitarios (basurales, falta de cloacas).
Primeros auxilios sociales: Derivar casos críticos a trabajadores sociales, psicólogos o médicos, evitando que las crisis escalen.
Talleres preventivos: En escuelas y clubes, enseñar higiene menstrual, RCP básico, detección temprana de violencia intrafamiliar.
Perfil de los AST:
Jóvenes desempleados, madres de sectores populares o jubilados con experiencia en cuidados. Recibirán salario equivalente a un docente y formación continua en epidemiología comunitaria.
2. Centros de Integración Social (CIS): Donde la Salud Encuentra la Dignidad
Un CIS por barrio: Espacios polivalentes que combinen:
Consultorios médicos móviles: Atención primaria con enfermeros, nutricionistas y psicólogos itinerantes.
Oficinas de empleo local: Conectar a desocupados con cooperativas de construcción, talleres de reparación o huertas agroecológicas.
Bancos de herramientas y alimentos: Préstamo de máquinas de coser, semillas o ollas comunitarias a familias en riesgo.
Funcionamiento colaborativo:
Los CIS serán gestionados por asambleas vecinales, integrando a líderes naturales (curanderas, profesores de gimnasia, referentes religiosos) en la toma de decisiones.
3. Salud Mental y Reinserción: De la Marginación a la Ciudadanía Activa
Brigadas contra la violencia:
Equipos interdisciplinarios (ex pandilleros recuperados, mediadores culturales, abogados) que intervengan en conflictos barriales antes de que lleguen a las comisarías.Programa "Volver a Empezar":
Capacitación en oficios con acompañamiento psicológico: Para víctimas de violencia de género, ex presos o jóvenes excluidos.
Contratos de inclusión: Empresas que contraten a estos grupos recibirán reducción de impuestos y asesoramiento en manejo de diversidad.
4. Tecnología al Servicio de la Vida
App "Salud Vecinal":
Plataforma donde los AST registren alertas (ej: brote de dengue en manzana 5, familia sin calefacción en invierno) y coordinen respuestas rápidas con el municipio.Historias clínicas comunitarias:
Sistema unificado que vincule datos de salud con indicadores de vivienda y empleo, permitiendo intervenciones integrales (ej: si un niño falta a la escuela por asma, el AST verifica filtraciones en su casa y gestiona materiales para reparar el techo).
5. Presupuesto con Enfoque de Determinantes Sociales
Redistribución radical:
El 30% del gasto en salud se destinará a mejorar condiciones de vida: urbanización de villas, huertas comunitarias, becas para estudios sanitarios.
Impuesto a la especulación inmobiliaria: Grandes propietarios de tierras ociosas financiarán equipos de bioconstrucción para asentamientos.
Conclusión: La Salud como Revolución Cotidiana
Este plan no es un manual de primeros auxilios, sino un proyecto para sanar el cuerpo social desde sus raíces. Implica entender que:
Un agente de salud es también un constructor de paz: Cuando detecta un hogar con hambre, activa una red que ofrece trabajo, alimentos y esperanza.
La vivienda digna es medicina preventiva: Un techo seguro evita neumonías; un barrio iluminado reduce el miedo.
La alimentación sana es un acto político: Elegir una manzana agroecológica sobre un snack industrial es votar por la vida.
Invitamos a todos a ser parte de esta red sanadora:
Vecinos: Organizando comisiones de salud en sus manzanas.
Profesionales: Donando horas semanales en los CIS.
Gobiernos: Destinando recursos con valentía, aunque eso enfrente a los poderosos.
La Argentina que soñamos no se mide en puntos de PBI, sino en niños que crecen sin anemia, ancianos que disfrutan su jubilación en casas cálidas y jóvenes que ven un futuro en su tierra. La salud perfecta no existe, pero la salud justa es posible.
Nota editorial: Este texto cierra un ciclo de propuestas, pero abre un debate esencial. ¿Estamos dispuestos a priorizar la vida sobre el lucro? La respuesta no está en los papeles, sino en las calles.
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