Artículo 4/4 Reescrito: Bourdieu con Spinoza, Deleuze y Guattari: Hacia una Práctica Revolucionaria de la Liberación 412
Subtítulo: Del diagnóstico de la dominación a las estrategias de desbloqueo de la potentia multitudinaria
Introducción: Bourdieu, el Revolucionario Cauteloso
La crítica que reduce a Pierre Bourdieu a un teórico del mundo burgués, por brillante que sea su diagnóstico, es una simplificación que ignora el potencial subversivo latente en su obra. Es cierto que Bourdieu no ofrece un manual de la revolución al estilo leninista. Su proyecto fue más ambicioso y, en última instancia, más radical: proporcionar las herramientas científicas para comprender los mecanismos ocultos de la violencia simbólica que asegura la reproducción del orden social sin necesidad de coerción física masiva 4. Su participación en las barricadas en la década de 1990 no fue un capricho tardío, sino la consecuencia lógica de un trabajo teórico que, al desnaturalizar la dominación, la desarma 15.
Este artículo propone un diálogo fecundo y estratégico entre Bourdieu y la tríada Spinoza-Negri-Deleuze-Guattari. Lejos de ser antagonistas, son complementarios: Bourdieu cartografía con precisión microscópica las jaulas de hierro de la potestas (el poder instituido), mientras que la ontología de la potencia spinoziana-deleuziana señala la fuerza imparable de la potentia (el poder constituyente de la multitud) y sus líneas de fuga 5. La pregunta no es cuál de los dos enfoques es el "correcto", sino cómo utilizar el análisis bourdieusiano para hacer más efectiva la liberación de la potencia multitudinaria.
I. Habitus y Campo: Los Mecanismos de Captura de la Potentia
1. El Habitus como Potestas Incorporada
El concepto de habitus es la piedra angular de la teoría de la dominación de Bourdieu. Es el conjunto de "disposiciones duraderas y transferibles" que internalizamos desde la infancia y que generan prácticas aparentemente "espontáneas" y naturalizadas 12.
Conexión con Spinoza/Deleuze: Desde una óptica spinoziana, el habitus es el mecanismo social por excelencia que limita la potentia del cuerpo, definiendo de antemano lo que puede y no puede hacer, lo que es "posible" para alguien de su condición. Es la potestas (el poder del Estado, la clase dominante) grabada a fuego en los cuerpos y las mentes. Es una estratificación exitosa que fija los flujos deseantes en estructuras duraderas.
Ejemplo: El hijo de obreros que no aspira a la universidad no lo hace por falta de inteligencia, sino porque su habitus le ha enseñado que "ese no es su lugar". Su conatus (deseo de perseverar) ha sido moldeado para autolimitarse, disminuyendo su potencia de actuar.
2. El Campo como Espacio Estriado de Lucha
Los campos (intelectual, económico, jurídico) son espacios sociales estriados con reglas, jerarquías y un tipo específico de capital en juego. Los agentes luchan por acumular capital y por imponer el principio de legitimidad que más les beneficia 12.
Conexión con Deleuze/Guattari: Un campo es un aparato de captura por excelencia. Es el equivalente estructural a la potestas. Tiene todas las características de un espacio estriado: delimita territorios, impone ritmos, establece puntos de referencia y organiza las relaciones de poder de manera jerárquica. La máquina de guerra nómada deleuziana, portadora de potentia, es justo lo contrario: opera en el espacio liso y amenaza constantemente con desestriar el campo.
3. El Capital Simbólico: la Alquimia de la Dominación
Bourdieu amplía el concepto marxista de capital. No solo existe el capital económico, sino también el cultural (saberes, títulos), el social (redes de contactos) y, sobre todo, el simbólico (prestigio, reconocimiento) 17. La genialidad de Bourdieu es demostrar cómo el capital económico se convierte en capital simbólico (ej.: un mecenas que compra prestigio cultural) y viceversa, en una alquimia que enmascara la base económica de la dominación y la hace parecer legítima 5.
Conexión con Marx/Negri: Esto complejiza la ecuación de Negri. La potestas no solo captura la potentia productiva económicamente, sino que lo hace de modo simbólico, haciendo que los dominados participen en su propia dominación al reconocer como legítimas las jerarquías basadas en el capital cultural o simbólico.
II. Estrategias de Desbloqueo: Liberar la Potentia con las Herramientas del Enemigo
El gran aporte de Bourdieu a una práctica revolucionaria no es una consigna, sino un mapa de la prisión. Saber cómo está construida es el primer paso para sabotearla. He aquí cómo sus conceptos pueden servir para liberar la potentia.
1. La Reflexividad como Arma: Conocer el Propio Habitus
Bourdieu abogaba por la reflexividad: que el sociólogo (y por extensión, cualquier militante) analice su propia posición en el campo, su propio habitus y los intereses que lo condicionan 4.
Práctica revolucionaria: Esto se traduce en una autocrítica constante de los movimientos sociales. ¿Están reproduciendo las jerarquías de clase, género o raza en sus propias estructuras? ¿El habitus "militante" está excluyendo a quienes no tienen el capital cultural para expresarse de cierta manera? Conocerse a sí mismo es el primer paso para no reproducir la lógica de la potestas.
2. Jugar en Múltiples Campos: Estrategias de Capitalización
Un concepto bourdieusiano crucial es el de estrategias sociales de capitalización: un agente o grupo puede usar el capital acumulado en un campo (ej.: capital social de un movimiento de base) para intervenir en otro (ej.: el campo político) e intentar cambiar sus reglas 12.
Práctica revolucionaria: La multitud de Negri debe ser estratégica. No puede ignorar los campos existentes; debe invadirlos con su potentia para desestabilizarlos. Un movimiento social puede usar su capital de movilización (su potencia de acción) para ganar capital simbólico en el campo mediático y así disputar el sentido común. Es una conversión estratégica de capitales: convertir la potencia en influencia simbólica para, desde dentro, corroer las bases del campo.
3. Crear Contracampos: Instituciones de la Multitud
Bourdieu mostraba cómo el campo intelectual tiene sus propias instituciones de consagración (universidades, revistas). Frente a esto, propugnaba por la creación de colectivos intelectuales autónomos que luchenten contra el monopolio de la legitimidad 4.
Práctica revolucionaria: Esto es la materialización de la máquina de guerra. La multitud debe crear sus propios agenciamientos institucionales: asambleas populares, medios comunitarios, universidades libres. Estos espacios funcionan como contracampos o campos liso donde se practican y prefiguran otras formas de relación, otros habitus no alienados, donde el capital que se valora es la cooperación y la potencia colectiva, no el económico o simbólico individual.
4. El Intelectual Colectivo: un Habitus para la Potencia
Bourdieu criticaba al intelectual "puro" y abogaba por un intelectual colectivo que ponga su expertise al servicio de las luchas sociales, ayudando a traducir la experiencia vivida de la dominación en un lenguaje que pueda ser weaponizado en el campo político 415.
Práctica revolucionaria: Este intelectual no es un líder, sino un traductor y un catalizador. Su rol es ayudar a la multitud a realizar la conversión de capitales: a transformar su malestar incorporado (un habitus de sumisión) en un análisis crítico (capital cultural) y este, a su vez, en acción organizada (capital social y político). Es el eslabón que ayuda a que la potentia pase de un estado afectivo a uno efectivo.
Conclusión: Por una Alianza Estratégica entre el Mapa y el Territorio
Bourdieu no se contradice al ser un brillante teórico de la reproducción y un activista en las barricadas. Al contrario: su activismo era la práctica necesaria de su teoría. Demostraba que el campo no es una fatalidad; sus reglas pueden ser torcidas por quienes las comprenden y se organizan para disputarlas.
La integración con Spinoza, Negri, Deleuze y Guattari es poderosa y necesaria:
Bourdieu provee el mapa: el análisis concreto de los mecanismos de captura de la potentia (potestas incorporada como habitus, objetivada como campos y capital).
Spinoza y Negri proveen el motor y el horizonte: la certeza ontológica de que la potentia de la multitud es inagotable y su destino es la democracia absoluta.
Deleuze y Guattari proveen las tácticas: el rizoma, la desterritorialización, la máquina de guerra como modos de operar para escapar de las estratificaciones y crear nuevos agenciamientos.
Juntos, forman un corpus teórico-práctico imbatible. Bourdieu nos enseña dónde y cómo estamos atrapados. La ontología de la potencia nos recuerda que tenemos la fuerza para liberarnos. Y la práctica política consiste en utilizar el primer conocimiento para hacer eficaz la segunda. No se trata de elegir entre Bourdieu o Deleuze, sino de entender que la verdadera revolución pasa tanto por desestratificar el cuerpo sin órganos como por disputar el capital simbólico en el campo de poder. La lucha es, simultáneamente, micropolítica y macropolítica. Y en ambos frentes, Bourdieu es un aliado indispensable, no un cómplice del orden establecido.
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