El ex PRT y el Campo Nacional y Popular: Buscando puntos de encuentro
Unir al ex PRT-ERP con el Campo Nacional y Popular (CNP) en un frente común implica un desafío considerable, dada la distancia ideológica e histórica que los separa. Sin embargo, en un contexto político complejo, explorar las posibilidades de un acuerdo programático, aún con diferencias, puede ser una estrategia pragmática para avanzar en objetivos comunes.
Concordancias:
- Antiimperialismo: Ambos coinciden en la necesidad de luchar contra la dependencia económica y política de Argentina respecto a potencias extranjeras, principalmente Estados Unidos.
- Soberanía nacional: Tanto el ex PRT-ERP como el CNP defienden la soberanía nacional y la autodeterminación del pueblo argentino.
- Justicia social: Ambos buscan una sociedad más justa e igualitaria, con redistribución de la riqueza y acceso a derechos básicos para todos.
- Importancia del pueblo: Reconocen al pueblo como sujeto activo de la historia y protagonista de las transformaciones sociales.
Contradicciones:
- Modelo económico: El PRT-ERP propugnaba la abolición del capitalismo y la instauración del socialismo, mientras que el CNP se basa en un modelo capitalista con intervención estatal y un rol importante del sector privado.
- Rol del Estado: El PRT-ERP planteaba la necesidad de un Estado revolucionario que condujera la transición al socialismo, mientras que el CNP defiende un Estado democrático con participación popular.
- Vía de acceso al poder: El PRT-ERP priorizó la lucha armada como vía para la toma del poder, mientras que el CNP se basa en la participación electoral y la movilización social dentro del marco democrático.
- Alianzas políticas: El PRT-ERP desconfiaba de las alianzas con sectores burgueses o reformistas, mientras que el CNP busca construir amplias alianzas con diferentes sectores sociales y políticos.
Hacia un acuerdo programático:
Un acuerdo programático entre el ex PRT-ERP (o sea sus herederos políticos) y el CNP debería centrarse en puntos concretos de convergencia, dejando de lado las diferencias ideológicas más profundas. Algunos puntos posibles serían:
- Defensa de la soberanía nacional: Impulsar políticas que fortalezcan la independencia económica y política del país.
- Lucha contra la desigualdad: Implementar medidas de redistribución de la riqueza y acceso a derechos básicos (salud, educación, vivienda).
- Democratización de la economía: Promover la participación de los trabajadores en la gestión de las empresas y el control de los recursos naturales.
- Integración regional: Fortalecer la integración latinoamericana con base en la cooperación y la solidaridad entre los pueblos.
- Movilización popular: Impulsar la organización y la participación popular en la toma de decisiones.
Superando las diferencias:
Para que este acuerdo sea viable, ambas partes deberán ceder en algunos puntos y reconocer la legitimidad del otro. El CNP debería aceptar la necesidad de transformaciones estructurales que limiten el poder de los grupos económicos concentrados. Los herederos del PRT-ERP, por su parte, deberían reconocer la importancia de la participación electoral y la construcción de amplias alianzas dentro del marco democrático.
Es importante destacar que este acuerdo no implica una fusión ideológica ni la renuncia a los principios de cada corriente. Se trata de una estrategia pragmática para avanzar en objetivos comunes en un contexto político determinado. La clave está en encontrar puntos de convergencia que permitan la acción conjunta sin renunciar a la identidad y los objetivos a largo plazo de cada sector.
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