1. Contexto histórico: La dependencia externa y los ciclos de crisis
Deuda externa y fuga de capitales: Desde la dictadura (1976-1983), Argentina acumuló una deuda externa insostenible, profundizada en los 90 con la convertibilidad y el neoliberalismo de Menem. Cada crisis (1989, 2001, 2018) refleja un patrón: ajustes fiscales, fuga de dólares al exterior, y rescates del FMI que agravan la dependencia.
Modelo primario-exportador: La economía argentina se apoya históricamente en commodities (soja, carne), sujetas a precios internacionales volátiles. Sin industrialización sólida, el país queda vulnerable a shocks externos (ej: sequías, caída de demanda china).
2. Estructural: Concentración económica y desigualdad
Elite extractiva: Un núcleo reducido (agro, financiero, multinacionales) captura riqueza sin reinvertir localmente (ej: ganancias de empresas extranjeras fugadas vía dividendos). Esto fuga divisas, debilita el peso y presiona la inflación.
Brecha social: El capitalismo desregulado profundiza la desigualdad (40% en pobreza en 2023). Para CFK, esto no es solo injusto, sino económicamente inviable: sin consumo masivo, no hay mercado interno fuerte.
3. Inestabilidad monetaria y financiera
Dolarización informal: La falta de confianza en el peso (por inflación crónica y crisis recurrentes) lleva a la población a refugiarse en dólares, drenando reservas del BCRA. El capitalismo sin control acentúa esta fuga.
Especulación financiera: Mercados concentrados en renta financiera (Lebacs, bonos) en vez de producción real, un problema que CFK ha denunciado como "patria financiera vs. patria productiva".
4. Geopolítica: Presiones externas y soberanía
FMI y acreedores: Los programas de ajuste (como el acuerdo de 2018 con el FMI) exigen recortes sociales y apertura comercial, ahogando el crecimiento con inclusión. CFK ve esto como un círculo vicioso de dependencia.
Asimetrías globales: En un mundo con mercados dominados por potencias y empresas globales, Argentina (sin industria tecnológica competitiva) queda relegada a proveer materias primas baratas, reproduciendo subdesarrollo.
5. Alternativa kirchnerista: Estado como articulador
Regulación y redistribución: Para CFK, el Estado debe fijar precios clave (tarifas, tipo de cambio), subsidiar sectores estratégicos (energía, pymes) y garantizar derechos (AUH, jubilaciones), evitando que el mercado profundice exclusiones.
Integración regional: Un modelo no capitalista puro requiere alianzas como el Mercosur y UNASUR para reducir vulnerabilidad externa, algo que ella promovió en sus gobiernos.
Conclusión:
Desde su mirada, el capitalismo "puro" en Argentina es inviable porque:
Reproduce crisis cíclicas por dependencia de flujos especulativos y commodities.
Exacerba desigualdades, minando la cohesión social y el consumo interno.
Entrega soberanía a actores externos (FMI, mercados) que imponen condiciones recesivas.
La alternativa kirchnerista propone un capitalismo regulado con eje en lo social, donde el Estado redistribuya riqueza, proteja la industria y priorice derechos sobre el mercado. Esto, para CFK, no es solo una opción ideológica, sino una necesidad histórica para evitar el colapso.
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