Síntesis Rizomática desde el Marxismo-Leninismo: Lefebvre, Deleuze y la Lógica de la Praxis Revolucionaria
Núcleo Dialéctico Materialista
La interrelación entre lógica formal, dialéctica (Lefebvre) y lógica del sentido (Deleuze) se sintetiza desde el marxismo-leninismo como capas complementarias de la crítica radical. La lógica formal es la expresión ideológica del fetichismo mercantil: reduce la realidad a identidades estáticas (A = A) para ocultar las contradicciones del capital. La lógica dialéctica de Lefebvre es la herramienta para desmontar las totalidades concretas del capitalismo, revelando la lucha de clases como motor histórico. La lógica del sentido de Deleuze aporta la microfísica de los agenciamientos: cómo se producen subjetividades y resistencias en el plano inmanente.
Síntesis Práctica: Hacia una Praxis Rizomática
En la dimensión de la contradicción, Lefebvre aporta el motor de la historia (ejemplo: capital/trabajo), mientras Deleuze ofrece la diferencia ontológica pre-individual. La síntesis marxista-leninista integra la contradicción principal con la multiplicidad de contradicciones secundarias (concepto maoísta).
En el análisis del espacio, Lefebvre lo concibe como producto social jerarquizado (urbano/rural), mientras Deleuze lo ve como superficie de inscripción de signos. La síntesis resulta en la lucha por la producción del espacio como campo de batalla material-simbólico.
Respecto a la transformación, Lefebvre enfatiza la praxis revolucionaria colectiva, y Deleuze los acontecimientos que reorganizan cuerpos y lenguas. La síntesis ML propone el partido como intelectual colectivo que articula luchas moleculares y ruptura.
En la crítica ideológica, Lefebvre desenmascara falsas identidades (A = A), mientras Deleuze deconstruye regímenes de signos. La síntesis combate el fetichismo tanto en lo económico (capital) como en lo subjetivo (deseo).
Aplicación Concreta en Luchas Actuales
Para Argentina en resistencia al ajuste: el análisis lefebvriano revela el ajuste como contradicción capital/trabajo (privatizaciones que generan despojo), mientras la perspectiva deleuziana cartografía consignas que devienen fuerzas ("¡El ajuste lo pagan los ricos!"). La síntesis ML se materializa en asambleas populares (praxis lefebvriana) combinadas con viralización de contranarrativas (agenciamientos deleuzianos).
Para Ecuador en defensa de territorios: Lefebvre ayuda a analizar la minería como contradicción extractivismo/vida comunitaria, mientras Deleuze permite comprender los signos de la Pachamama resignificados como resistencia. La síntesis ML se expresa en guardias indígenas (autodefensa material) y redes de significación anticolonial.
Para El Salvador frente al autoritarismo: Lefebvre permite entender el estado de excepción como contradicción seguridad/libertad, mientras Deleuze analiza memes y grafitis como líneas de fuga simbólicas. La síntesis ML combina frentes jurídicos (denuncia legal) con contracultura digital (guerra de signos).
Puntos de Fecundidad Rizomática
Primero, se supera la dicotomía estructura/sujeto: Lefebvre aporta la crítica estructural y Deleuze la producción de subjetividad. El marxismo-leninismo sintetiza esto en la idea de que "La circunstancia es modificada por el hombre y el educador debe ser educado" (Tesis sobre Feuerbach de Marx).
Segundo, el espacio se concibe como territorio de lucha: tanto la ciudad en Lefebvre como los signos en Deleuze son campos de batalla. La síntesis ML integra esta dualidad entendiendo que la revolución es tanto territorial (control material) como cultural (hegemonía).
Tercero, se articula evento y revolución: el "acontecimiento" deleuziano no sustituye la praxis, pero señala puntos de ruptura. El marxismo-leninismo lo articula con la idea leninista de que "Hay décadas donde no pasa nada, y semanas donde pasan décadas".
Conclusión: Por una Crítica Total
La síntesis Lefebvre-Deleuze, reinterpretada desde el marxismo-leninismo, genera una lógica de la praxis rizomática. Abarca lo macro con la crítica de las estructuras de dominación (capital, Estado, imperialismo) y lo micro con la cartografía de resistencias singulares (subjetividades, signos, territorios). La estrategia resultante concibe al partido revolucionario como articulador de totalidades y singularidades, capaz de unir la lucha por el poder con la creación de nuevos sentidos.
Como conclusión integradora: "No hay revolución sin transformación material, ni transformación sin revolución del sentido."
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