Dialéctica en la sombra: 26) La tríada Trotsky-Gramsci-Mao.

 

La Dialéctica en la Sombra: Trotsky y Gramsci, un Diálogo de Titanes Fracturados

Imaginemos el marxismo de los años 20 y 30 como un campo de batalla conceptual, devastado por la derrota de las revoluciones en Occidente y el ascenso de dos monstruos gemelos: el fascismo y el estalinismo. En este paisaje en ruinas, dos de las mentes más lúcidas de la tradición, León Trotsky y Antonio Gramsci, desde sus exilios y prisiones respectivas, intentan recomponer la teoría revolucionaria. Su diálogo es una dialéctica en la sombra porque nunca fue explícito, fue una polémica soterrada, un cruce de caminos que se bifurcan, un conjunto de respuestas a las mismas preguntas hechas desde condiciones distintas. No es una simple oposición, es una relación de tesis, antítesis y potenciales síntesis no realizadas.

La Tesis Común: El Terreno Compartido

Ambos parten de un diagnóstico compartido: el capitalismo no se había "estabilizado" pacíficamente, sino que vivía una "estabilización catastrófica" (Trotsky) o una "crisis orgánica" (Gramsci). Es decir, el sistema se mantenía no por su salud, sino a través de la guerra, el fascismo y la barbarie, que eran síntomas de su agonía. Ambos veían en el "americanismo" y el "fordismo" la forma más avanzada y brutal de esta reorganización capitalista, basada en la estandarización del trabajo y la vida, en una nueva ética productivista que era, a la vez, la base potencial de una economía socialista planificada. Ambos, en definitiva, rechazaban cualquier noción de socialismo gradual o evolutivo dentro del marco del Estado burgués. La revolución seguía siendo la orden del día.

La Antítesis: Las Dos Columnas de la Ruptura

Es aquí donde el camino se parte. La diferencia central no es moral o temperamental, sino geoestratégica y metodológica.

1. La Geografía de la Teoría: Rusia vs. Occidente.

   • Trotsky elabora su teoría desde la experiencia de la Revolución Rusa, un país de desarrollo capitalista tardío, donde el Estado era una fortaleza que se alzaba sobre una sociedad civil débil, "primordial y gelatinosa" (como diría Gramsci). La estrategia allí fue un asalto frontal ("guerra de maniobra"): la insurrección concentrada para tomar el centro de poder.

   • Gramsci escribe desde el corazón de Europa Occidental, donde el Estado no es sólo la trinchera frontal, sino que está respaldado por una densa red de trincheras y casamatas de la sociedad civil: escuelas, iglesias, sindicatos, medios, la familia. Asaltar el Estado sin haber conquistado antes estas trincheras es condenarse al fracaso. La estrategia debe ser una "guerra de posiciones", un sitio prolongado y desgastante para socavar la hegemonía burguesa.

2. El Tiempo de la Revolución: Evento vs. Proceso.

   • Para Trotsky, la revolución es un evento culminante, un punto de inflexión catastrófico donde la dualidad de poderes se resuelve a favor del proletariado. Su teoría de la Revolución Permanente postula la continuidad de la lucha (de tareas democráticas a socialistas, de lo nacional a lo internacional), pero este proceso es una cadena de eslabones que se rompe en momentos de crisis revolucionaria aguda. La hegemonía se ejerce a partir de la toma del poder, desde el Estado obrero.

   • Para Gramsci, la revolución es un proceso molecular prolongado. La toma del poder es el momento final de un vasto proceso de construcción de una contra-hegemonía. La clase trabajadora debe dejar de ser una clase "subalterna", debe convertirse en clase dirigente antes de convertirse en clase dominante. Debe construir su propio "bloque histórico", su propio sistema de ideas, valores, intelectuales orgánicos y instituciones en el seno mismo de la sociedad capitalista. La hegemonía es el prerrequisito para la toma del poder, no su resultado.

3. El Concepto de Estado: Instrumento vs. Integral.

   • Trotsky opera con una definición clásica y leninista del Estado como instrumento de coerción de la clase dominante. El problema es destruir esta máquina y reemplazarla por la dictadura del proletariado.

   • Gramsci expande radicalmente este concepto. El Estado no es sólo "sociedad política" (el aparato coercitivo: gobierno, ejército, policía, cárceles), sino también "sociedad civil" (el ámbito del consenso, la ideología, la cultura). El Estado es integral = sociedad política + sociedad civil. Por eso la lucha no es sólo contra el gobierno, sino por el sentido común.

4. El Sujeto y el Partido: Ejército vs. Colectivo Intelectual.

   • En Trotsky, el partido es el estado mayor del proletariado, el instrumento consciente que dirige estratégicamente el "ejército" de la clase en el momento decisivo del asalto. Su función es la dirección política y militar.

   • En Gramsci, el partido es el "intelectual colectivo", el organismo donde la clase se dota de una conciencia coherente y sistemática, donde forja sus propios intelectuales orgánicos y elabora su proyecto hegemónico. Su función es pedagógica, cultural y política a la vez.

La Síntesis Potencial: El Diálogo que Pudo Ser y No Fue

La tragedia histórica (el estalinismo, el fascismo) impidió que esta dialéctica se resolviera en una síntesis creativa. Pero esa síntesis yace latente en sus obras, y es nuestra tarea reconstruirla.

La síntesis no es "Tomemos un poco de Trotsky y un poco de Gramsci". Es comprender que sus teorías son momentos necesarios de una única estrategia revolucionaria para nuestra época.

• La Revolución Permanente provee el marco histórico y internacional. Sigue siendo la teoría de nuestra época: la época imperialista, de crisis, guerras y revoluciones. Define el horizonte final: la insurrección, la destrucción del Estado burgués, la internacionalización del proceso. Es la teoría del evento rupturista.

• La teoría de la Hegemonía y la guerra de posiciones provee la estrategia concreta para preparar ese evento en las sociedades occidentales complejas. Responde a la pregunta: ¿cómo se construye la fuerza social, la conciencia y la organización necesarias para que el "asalto" no sea un putsch minoritario sino la culminación de un vasto movimiento de masas? Es la teoría del proceso molecular.

Una sin la otra es estéril o desastrosa.

• Un "trotskismo" sin gramscianismo cae en el voluntarismo, esperando el "Gran Día" sin construir la fuerza hegemónica que lo haga posible, subestimando la profundidad de la dominación cultural burguesa.

• Un "gramscianismo" sin trotskismo cae en el reformismo (como el eurocomunismo), transformando la "guerra de posiciones" en una adaptación infinita al sistema, olvidando que las trincheras de la sociedad civil se defienden, en última instancia, con la fuerza de la sociedad política (el Estado) que se tiene detrás.

La síntesis, entonces, es una estrategia de doble poder hegemónico: construir un contrapoder popular, con sus propias instituciones, cultura y valores (la guerra de posiciones gramsciana), con el objetivo expreso de desafiar y finalmente destruir el Estado burgués en un momento de crisis orgánica, para instaurar un nuevo poder estatal basado en esa nueva hegemonía (la revolución permanente trotskista). Es la fusión del intelectual colectivo (Gramsci) con el estado mayor revolucionario (Trotsky). Es entender que la batalla por el "sentido común" es la batalla por preparar el terreno para el acto de poder que cristalizará una nueva realidad.

Esa es la dialéctica. No una oposición estática, sino el movimiento mismo de la teoría revolucionaria tratando de captar una realidad compleja y en movimiento. Trotsky y Gramsci no son estatuas para ser veneradas o enfrentadas, sino dos faros cuyos haces de luz, al cruzarse, iluminan el camino que aún tenemos que recorrer.

2° Parte: Articulemos dialécticamente el pensamiento de Mao Tse-Tung a esta síntesis. No se trata de sumar un nombre, sino de integrar una tercera fuerza teórica que complica, enriquece y desafía el diálogo entre el "asalto" (Trotsky) y el "sitio" (Gramsci).

Mao introduce una variable decisiva: la cuestión campesina y la guerra revolucionaria prolongada desde el campo a la ciudad. Su pensamiento no es un apéndice, es un tercer polo que obliga a reconfigurar la síntesis.

La Tesis Adicional: Mao y la Guerra Popular Prolongada

Mao parte de una realidad material radicalmente diferente: un país colonial o semicolonial, con una burguesía nacional débil, un proletariado numéricamente pequeño y una inmensa masa campesina pobre. En este contexto, la estrategia insurreccional urbana al estilo clásico (el "asalto" trotskista) está condenada al fracaso, como demostraron las derrotas en Shanghai y Cantón.

La Guerra Popular Prolongada es la antítesis concreta a ambos modelos en este escenario. Su lógica es:

1. El campo como teatro principal: La revolución no estalla en los centros urbanos industriales, sino que se construye desde las zonas rurales más atrasadas, donde el poder del Estado es más débil.

2. El Ejército como forma organizativa principal: El partido y el ejército revolucionario se fusionan. El Ejército Popular no es sólo un instrumento militar; es el embrión del nuevo poder estatal, el vehículo de la propaganda política y el agente de la transformación social en los territorios liberados. Es el "intelectual colectivo" armado.

3. La construcción del poder dual en el proceso: Mientras se libra la guerra militar, se construyen bases de apoyo revolucionarias (las "soviets" chinas). Aquí, Mao sintetiza de forma práctica: la guerra es la "guerra de maniobra" (Trotsky), pero la construcción de estas bases es una "guerra de posiciones" en sentido gramsciano aplicada al campo: se crean nuevas instituciones, se reforma la tierra, se cambian las relaciones sociales, se construye una nueva hegemonía desde abajo.

4. El cerco a la ciudad desde el campo: La estrategia final es el cerco y la toma de las ciudades desde el campo. Es la "guerra de posiciones" llevada a su extremo geográfico-militar, donde el campo (el débil eslabón) asedia y finalmente vence a la ciudad (la fortaleza del poder establecido).

Reconfiguración de la Síntesis: La Trinidad Estratégica

Al introducir a Mao, la síntesis deja de ser una simple línea entre dos puntos y se convierte en un triángulo dialéctico. Cada teórico representa un polo estratégico necesario para una teoría revolucionaria global:

• Trotsky (El Horizonte Internacional y la Totalidad): Provee la brújula. La Revolución Permanente es la teoría de la transición ininterrumpida y de la necesidad internacional de la revolución. Sin este marco, la guerra prolongada de Mao puede degenerar en un nacional-comunismo campesino, y la guerra de posiciones de Gramsci en un reformismo localista. Trotsky asegura que todo proceso nacional está subordinado a la dinámica de la revolución mundial.

• Gramsci (La Profundidad Social y Cultural): Provee la profundidad del frente interno. Su teoría de la hegemonía explica que toda revolución, incluso la militar de Mao, debe ser al mismo tiempo una revolución cultural e intelectual. La construcción de las "bases de apoyo" en China fue, de hecho, un proceso de construcción de hegemonía campesina-popular. Gramsci aporta las herramientas para entender y librar la batalla por el sentido común en cualquier contexto, ya sea en el parlamento italiano o en una aldea china.

• Mao (La Estrategia Concreta de Toma del Poder en la Periferia): Provee la forma militar-organizativa para contextos donde el Estado es débil en su periferia pero fuerte en el centro urbano. Resuelve el problema práctico de "¿cómo empezar?" en el eslabón débil de la cadena imperialista. Su contribución maestra es la conversión de la debilidad estructural (el atraso, el campesinado) en la fuerza estratégica principal.

La Síntesis Superior: La Caja de Herramientas Revolucionaria

La verdadera síntesis no es un modelo único, sino una teoría de la transición socialista multivariable donde la estrategia concreta se determina por el análisis concreto de la formación social en cuestión:

1. En el Centro Imperialista (EE.UU., Europa Occidental): La estrategia predominante será de tipo gramsciano-trotskista. Una larga "guerra de posiciones" para construir hegemonía obrera y popular en la compleja sociedad civil, con el objetivo de crear una situación de doble poder que permita, en un momento de crisis orgánica, un "asalto" final al Estado (la "guerra de maniobra"). La fuerza principal es el proletariado industrial y de servicios organizado.

2. En la Periferia Semicolonial (América Latina, África, partes de Asia): La estrategia se inclina hacia una síntesis trotskista-maoista. La Revolución Permanente (la combinación de tareas democráticas y socialistas, antiimperialistas y anticapitalistas) sigue siendo el marco. Pero la forma de la lucha puede tomar, dependiendo de las condiciones, el carácter de una guerra popular prolongada o de insurrecciones urbanas combinadas con levantamientos rurales. La fuerza principal es una alianza obrero-campesina.

3. El Elemento Universal (Gramsci): En cualquier contexto, la lucha por la hegemonía es fundamental. Ya sea en las fábricas de Turín, en los sindicatos de Buenos Aires o en las aldeas de Nepal, la revolución requiere no sólo tomar el poder, sino construir un nuevo "sentido común", una nueva cultura y un nuevo bloque histórico alternativo. Es el elemento gramsciano que impide que la revolución sea un simple golpe de fuerza militar o economicista.

Conclusión: La Dialéctica Completa

La tríada Trotsky-Gramsci-Mao no es un panteón de santos marxistas. Es un campo de tensiones productivas:

• Trotsky nos previene contra el particularismo nacional y el reformismo.

• Gramsci nos previene contra el voluntarismo insurreccional y el economicismo.

• Mao nos previene contra el eurocentrismo y el fetiche de la insurrección urbana.

La síntesis final es estratégicamente pluralista pero programáticamente unificada. Reconoce que el camino al poder varía según la morfología de clase y la estructura estatal de cada sociedad, pero insiste en que el destino final de todo proceso revolucionario verdadero es el mismo: la destrucción del Estado burgués, la instauración de un poder obrero y campesino, y la extensión internacional de la revolución. La sombra se ha vuelto más compleja, pero también más iluminadora.