La lucha por la liberación del Perú requiere una estrategia tan compleja y multifacética como las propias contradicciones del país. Partiendo del análisis de la realidad actual, donde más de la mitad de la población vive en pobreza o vulnerabilidad económica y la confianza en la democracia se erosiona , la victoria no está en una sola acción monumental, sino en la articulación inteligente de frentes de lucha que construyan poder popular concreto.
A continuación, se profundiza en las oportunidades consideradas más fecundas para una estrategia transformadora.
💡 De la Protesta a la Propuesta: Construir Contra-Hegemonía Cultural
La batalla de las ideas es el terreno donde se gana o se pierde la legitimidad. Mientras el Estado y los medios hegemónicos promueven un relato de criminalización de la protesta, es crucial construir narrativas propias desde las bases.
Producción de Sentido Común: Se trata de ir más allá de los comunicados de prensa. Es necesario crear contenidos (documentales cortos, podcasts, memes, historias para redes sociales) que expliquen con simpleza cómo la corrupción y el modelo extractivista afectan la vida diaria: el precio de los alimentos, la falta de agua, la precariedad laboral. El objetivo es que cada persona pueda verse reflejada en la lucha.
Pedagogía Popular Permanente: Organizar escuelas de formación política en barrios, universidades y comunidades. Los contenidos deben incluir: derechos constitucionales vulnerados (como la Consulta Previa), economía política del extractivismo, y técnicas de autodefensa jurídica y digital. La meta es que el pueblo entienda las causas estructurales de su situación y vea la organización como el camino.
Arte y Cultura como Trinchera: Apoyar y promover a artistas, músicos y teatreros que, desde una estética popular, plasmen las demandas sociales. Un mural, una canción o una obra de teatro pueden llegar donde un panfleto no lo hace, emocionando y concientizando al mismo tiempo.
🤝 Tejer la Unidad desde la Base: Alianzas Estratégicas y Acción Directa
La fuerza del movimiento popular reside en su capacidad de unir sectores dispersos alrededor de intereses comunes y acciones concretas que demuestren su poder.
Asambleas de Futuro Multisectoriales: Promover espacios de deliberación y planificación conjunta entre sindicatos, organizaciones de mujeres, frentes de defensa ambiental, asociaciones de estudiantes y comunidades indígenas. Estos espacios no deben ser solo para coordinar protestas, sino para diseñar un pliego único de lucha nacional que articule, por ejemplo, la lucha contra las AFP con la defensa del agua y la exigencia de una Asamblea Constituyente Plurinacional.
Acciones de Desobediencia Económica: Organizar auditorías ciudadanas y boicots selectivos contra los conglomerados empresariales que financian y se benefician del régimen. Identificar públicamente a estas empresas y realizar campañas masivas para que la gente deje de consumir sus productos, afectando directamente sus ganancias. Esto golpea a la élite donde más le duele: en el bolsillo.
Autogestión y Poder Territorial: Fomentar la creación de comités de autodefensa comunal (no armados) para proteger a las comunidades de la represión y los abusos de las empresas. Paralelamente, impulsar proyectos de autogestión económica como ferias de trueque, bancos de semillas y sistemas de comercio justo que vayan construyendo, aquí y ahora, los embriones de una economía al servicio del pueblo.
🛠️ Ocupar los Intersticios del Estado: Disputa Legal e Institucional
Mientras se construye poder popular, es estratégico utilizar todas las herramientas del sistema para desnudar sus contradicciones y ganar posiciones.
Estrategia Jurídica Ofensiva: Formar brigadas de abogados de derechos humanos que lleven de manera sistemática los casos de represión, criminalización y vulneración de derechos ante instancias nacionales e internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Cada sentencia a favor es una victoria política que debilita al régimen.
Disputa de los Presupuestos Públicos: Exigir y vigilar la transparencia en el uso de los recursos públicos, especialmente a nivel municipal y regional. Promover iniciativas como los presupuestos participativos con control vecinal para direccionar el dinero hacia las necesidades reales de la gente (agua, salud, educación) y no hacia megaproyectos innecesarios.
Participación Electoral con Estrategia Clara: La participación en elecciones no puede ser un fin en sí mismo, sino una tribuna más de lucha. Se debe participar para denunciar la farsa del sistema desde dentro, para llevar la voz de las calles a los hemiciclos, y para utilizar los recursos y la inmunidad parlamentaria (cuando se gana una curul) para proteger y potenciar la movilización social. El objetivo no es "llegar al gobierno", sino utilizar las elecciones como un instrumento táctico para fortalecer la organización popular.
💎 Conclusión: La Victoria es un Proceso, no un Evento
La liberación del Perú no será el resultado de una elección o una insurrección espontánea. Será el fruto de un proceso prolongado de acumulación de fuerzas, donde la construcción de poder popular desde abajo, la unidad estratégica de los oprimidos y la disputa inteligente en todos los frentes (cultural, económico, jurídico) vayan cercando al viejo Estado hasta hacerlo insostenible.
La tarea inmediata es pasar de la resistencia a la ofensiva creativa, convirtiendo cada conflicto en una escuela de organización y cada victoria parcial en un peldaño hacia la transformación total. La oportunidad está en que las mayorías excluidas descubran su propio poder y se constituyan en el sujeto histórico de un nuevo Perú, plurinacional y soberano.
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