Lenin en el Laberinto Global: BRICS+, el Oro y la Síntesis Revolucionaria en la Era de la Crisis Sistémica
La actual crisis orgánica del capitalismo financiero e imperialista, marcada por la guerra, la crisis ecológica y el declive relativo de la hegemonía estadounidense, no es un fenómeno nuevo en su esencia, sino una manifestación contemporánea de las contradicciones estructurales que Vladimir Lenin analizó hace más de un siglo. Su obra El Imperialismo, Fase Superior del Capitalismo no es un dogma, sino un método de análisis vivo cuyo núcleo teórico mantiene una vigencia poderosa para entender el mundo de hoy .
Lenin definió el imperialismo por cinco características fundamentales: la concentración de la producción y el capital en monopolios; la fusión del capital bancario e industrial para formar una oligarquía financiera; la importancia primordial de la exportación de capitales (no solo de mercancías); el reparto del mundo entre asociaciones monopolistas internacionales; y el reparto territorial completo del globo entre las potencias capitalistas más importantes . Este sistema, argumentaba, permitía a las metrópolis posponer sus crisis internas explotando a una "periferia" global, creando un sistema de Estados opresores y oprimidos a escala internacional .
Sin embargo, la forma concreta de este imperialismo ha cambiado. El mundo ya no es el de 1916, dominado por colonias formales y un puñado de potencias europeas. Hoy, instituciones como el FMI y el Banco Mundial, la hegemonía del dólar y la existencia de bloques como la UE y los BRICS+ configuran un panorama más complejo . Insistir en la "letra" del texto de 1916 y no en su espíritu analístico sería un dogmatismo estéril. La verdadera fidelidad a Lenin está en actualizar su marco para el siglo XXI .
El Asalto al Dólar: Los BRICS+ y la Re-división Económica del Mundo
El proyecto de los BRICS+ de lanzar una moneda común respaldada en oro es un evento de una profunda significación leninista. Representa, en esencia, un intento de re-división del mundo económico, un desafío directo a uno de los pilares del imperialismo contemporáneo: el monopolio del dólar estadounidense como moneda de reserva y transacción global.
Esta iniciativa es la expresión de lo que Lenin identificó como la ley del desarrollo desigual y combinado del capitalismo. Las potencias emergentes, tras décadas de crecimiento, chocan contra los límites de un sistema financiero internacional dominado por la "Tríada" (EE.UU., UE, Japón) . Su ascenso económico no se ha traducido en un poder proporcional dentro de las instituciones de Bretton Woods, que siguen operando con la lógica de la posguerra mundial . Por lo tanto, la creación de un mecanismo de pagos alternativo y un patrón oro no es un acto de "anti-americanismo" romántico, sino una medida defensiva y ofensiva de acumulación de fuerza por parte de burguesías nacionales y Estados que buscan renegociar su lugar en la jerarquía imperialista .
Este movimiento es profundamente dialéctico. Por un lado, debilita el centro unificado del capital financiero, fractura el campo imperialista y crea un "respiro estratégico" para proyectos de desarrollo autocentrado en la periferia, facilitando una mayor soberanía. Por otro, no escapa a la lógica del sistema-mundo capitalista. La propuesta no es socialista; busca crear un polo capitalista multipolar que dispute la hegemonía a la Tríada, pero sin superar la explotación capitalista a escala global. Como bien se ha señalado, China, pese a no ser un imperialismo clásico, explota ventajas comerciales desiguales con África y América Latina, y Rusia actúa como un "imperialismo subordinado" en su esfera de influencia .
Hacia una Síntesis Práctica: Prospectiva para la Estrategia Revolucionaria
En este nuevo tablero, la síntesis dialéctica entre las herramientas de Mao y Trotsky, ahora enriquecida con la brújula leninista, se vuelve no solo posible, sino necesaria. La coyuntura exige una praxis que supere los callejones sin salida del sectarismo.
La Guerra Popular Prolongada en la Era de la Desglobalización: El debilitamiento del dólar y la posible fractura del mercado mundial en esferas de influencia crean condiciones materiales para estrategias de acumulación de fuerzas de largo aliento, tal como teorizó Mao. La construcción de poder popular, la resistencia cultural y la defensa de la soberanía nacional frente a un imperialismo ahora más dividido adquieren nueva viabilidad. La lucha por la segunda independencia, contra las distintas metrópolis, se revitaliza.
La Revolución Permanente y el Carácter de la Transición: El desafío a la Tríada, sin embargo, no resuelve la cuestión social interna de los países BRICS+. Aquí, la advertencia de Trotsky es crucial: las tareas democrático-nacionales y antiimperialistas, para triunfar plenamente, no pueden detenerse en la mera construcción de un capitalismo nacional "más justo". Deben combinarse ininterrumpidamente con la perspectiva socialista. La lucha contra el imperialismo del dólar y la lucha contra la burguesía nacional son eslabones de una misma cadena. La independencia económica real es imposible sin superar el capitalismo.
El Nuevo Internacionalismo de los Pueblos: La situación actual invalida tanto el "socialismo en un solo país" como el internacionalismo abstracto. Frente al bloque de la Tríada y al incipiente bloque capitalista de los BRICS+, se debe forjar un tercer polo: el internacionalismo de los pueblos y los trabajadores. Este no alinea mecánicamente con ningún Estado, sino que apoya las luchas contra todos los imperialismos, ya sea el de Washington, el de Bruselas o las prácticas neocoloniales de las potencias emergentes. La consigna leninista de "convertir la guerra imperialista en guerra civil" se traduce hoy en convertir la crisis y la re-división interimperialista en una oportunidad para la revolución socialista internacional.
Conclusión: Más Allá del Oro, la Lucha por el Futuro
Lenin, con su proverbial lucidez, una vez escribió que, tras la victoria mundial del socialismo, el oro podría usarse para construir lavabos públicos, como un acto de justicia poética . La propuesta de los BRICS+ de respaldar una moneda en oro es, en este sentido, un acto dentro de la lógica del sistema que busca un nuevo pilar para la acumulación capitalista.
La tarea de los revolucionarios no es fetichizar el oro ni alinearse acríticamente con un bloque capitalista emergente. La tarea es, usando el método de Lenin para descifrar la realidad, y las síntesis de Mao y Trotsky para actuar sobre ella, luchar para que esta profunda crisis del imperialismo no culmine en una nueva y más bárbara re-división del mundo, sino en un avance decisivo de la humanidad hacia el socialismo. El colapso del orden unipolar no es el fin de la historia; es el ruidoso y peligroso inicio de un nuevo capítulo en la lucha de clases a escala planetaria. Nuestro deber es intervenir en él con un programa, una estrategia y una moral a la altura de los desafíos.
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